Pués depende de como se mire, y de lo que se quiera creer y como se quiera creer. En los últimos años se han dado circunstancias propicias para que la nieve funda rapidamente cuando nos adentramos en los meses más primaverales. Esto conlleva que, ya a principios de verano, sea poca la nieve que aguante aún en el terreno. Así se observa claramente en las gráficas proporcionadas por Rutgers University Climate Lab. A partir de mayo (también en abril) las nevadas que caen ya poco aguantan en el terreno y la que viene del invierno funde con celeridad. En los junios de los últimos años la aceleración en la desaparición de nieve en del hemisferio norte es palpable, destacando el dato récord registrado este último año pasado, junio del 2012, cuando la anomalia que mide este dato apuntó al registro mas bajo (anomalia negativa) desde que existen datos registrados (1967). Por supuesto, los meses estivales posteriores entran ya más que tocados, llegando a un mes de agosto en que la nieve brilla por su ausencia casi total (salvando los picos montañosos más altos y Groenlandia). En agosto, lo normal es que haya muy poca nieve, ahora y antes. Curiosamente, con los datos registrados, el agosto con menos nieve fué el de 1968.
Otoño es otro cantar. En octubre se aprecia, ya desde principios de los 90, una cierta variabilidad, con un patrón aparentemente distinto al de los 80. Hay más nieve, o sea, que la nieve inexistente del verano, en seguida, es renovada por las nevadas tempranas de otoño. Noviembre sigue la misma tónica.
Y nos metemos en los «inviernos«, para que saquen conclusiones los visitantes que visualizan ahora mismo las gáficas de debajo.
A nivel de todos los años para los que se dispone de datos, salen las gráficas de debajo. Arriba, en colorines, para diferenciar estación de referencia, y debajo, la la misma en rojo y azul, para diferenciar las anomalias positivas y las negativas. Esta segunda distinción es más impactante al compactar datos, és igual tratada una anomalia de verano que una de invierno, esto es con la menor o mayor cantidad de nieve que recubre el suelo en cada estación señalada.
Para terminar, se expone evolución de lo que aquí hablamos para las estaciones de otoño y invierno.
Sin olvidar la de primavera …
Es preciso destacar que los gráficos están muy bien, pero que detrás de ellos se esconde un método de recogida de datos, y se esconde una manera de cogerlos sobretodo en lo que refiere a localización concreta de las zonas estudiadas, que sería interesante discriminar, de hecho, en Rutgers University Climate Lab. ya lo hacen en parte (Eurasia, América del Norte, Canadá, …)
Así pués, ¿nieva más o nieva menos?
Invierno de nieves